En la octava temporada, no importa qué tensión respire, en la sala de operaciones o en la sala, los médicos de Seattle Grace saben que siempre pueden apoyarse unos en otros. Ahora, como residentes de quinto año, el tema es de vida o muerte, y las cosas se complican cuando el jefe toma una decisión que afecta a todo el personal. Fuera del hospital, Meredith y Derek luchan por mantener a flote su relación mientras intentan adoptar una niña huérfana, y Cristina se enfrenta a una decisión difícil que podría terminar con su matrimonio.